Después de un encuentro divertido en Delicias de Alicia, decidí ir paseando hasta casa con nada más y nada menos que la compañía de Turandot. Un paseo en el que estar contigo misma redescubriendo la ciudad y observando sus fachadas más exquisitas, da lugar a un sentimiento de paz y tranquilidad. La tranquilidad que te da el hecho de saber que las cosas están caminando como deben, que todo llegará a un puerto seguro.
Es curioso cuando en medio de una gran tormenta y aunque el oleaje es violento, si mantienes la vista al frente, el horizonte se mantiene recto y sabes que es ahí a donde vas.
La lucha es dura y los brazos duelen y están cansados de remar pero cuando remas en conjunto, ese dolor es menor y más llevadero.
Hoy un "te quiero" de mi príncipe de las pestañas (mi sobrino de 3 años), me ha valido para recargar pilas y remar en el parque tras compartir un helado, hace que la vida se vea de un color indescriptiblemente hermoso y cálido.
Las grandes decisiones siguen su curso y las buenas reflexiones las acompañan.
Un paseo, Turandot, mujercitas 007 y un te quiero en un parque infantil, hacen que mañana mi lunes arranque con fuerza y muchas ganas.
Luchar cada día cobra un significado más completo, significado que seguiré llenando de miles de definiciones con cada paso que doy...
Como molan esos paseos con música,con pensamientos y con sonrisas que quedan y son para uno mismo. Terapias de uno.
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