lunes, 9 de marzo de 2015

A medias mis tacones....

La amistad, el amor, la complicidad entre dos personas es algo que se cultiva en el día a día. Es difícil pero si ves lo mejor del otro, te volcarás porque en tu balanza todo lo que te aporta es positivo y para tí, merece 150% la pena.
Cada día que pasa descubres algo nuevo, algo que te hace reír, te anima, te hace pensar, crecer, te enseña cosas que no sabías que estaban y se convierte en una luz de guía.
Sin darte cuenta es tu faro y por mucho que te alejes, si vuelves la mirada a la costa, allí está, tu luz, tu punto de referencia, al que regresas si te pierdes porque sabes que cuando entres, te sentirás segura, en tu refugio, ese refugio que has creado con tu persona y un abrazo hace que se pare el mundo porque ese calor es todo lo que necesitas para continuar y sentirte como en casa... A salvo.
Sabrás que he cumplido firmemente mi promesa de quererte hasta el final, que he esperado tanto tiempo y aún puedo más..... Sabrás que yo he sido la primera. Tus manos en cada abrazo me hicieron sentirme segura, siempre a salvo. Tus besos a cada paso me hicieron sentirme segura, siempre a salvo...

¿Cuándo esta luz se apaga? ¿Cuándo no tienes hogar al que regresar? ¿Cuándo el calor que te acogía se ha convertido en frío y soledad?... Cuando ésto pasa, lo que se te viene al corazón se llama DOLOR, PENA, TRISTEZA, por la pérdida de tu luz de guía, te desubicas sin ella, y unas furtivas saladas salen del lagrimal para caminar por mis mejillas de modo curioso.
El estómago se te rompe en dos, un nudo en la garganta atenaza las palabras que con miedo, se plantean decir algo, mi corazón se ha metido en un rincón agazapado a llorar en soledad, para que nadie lo escuche...
Pero oigo muy bajito que me pregunta: ¿Y dónde está el botón para entender algunas cosas?, ¿Cómo tanto afecto va a acabar si hay memoria?
Allí estará echándote de menos, mirando atrás con su silencio, allí estará muriendo de recuerdos, tan sólo está y le falta el suelo...
Aposté toda mi vida y que a lo hecho pecho, siento que te marches aunque nunca digas nada, aunque no tenga derecho a recibir mañana pero sigo decidida a no ceder por hoy...

Se me ha roto algo en mi camino, siempre quedaban juntos de maravilla pero un día empezó a hacerme daño y sin saber por qué, fue deteriorando mi caminar con él... Quizás, deba dejarlos aparcados un tiempo, hasta volver a verlos e intentar ponérmelos, con la esperanza de que no hagan ya daño y de que sienten tan bien como al principio.... Porque para caminar bien en mis tacones, necesito los dos....




3 comentarios:

  1. Quizás se trata de que tu guía, tu luz, tu refugio y tu referencia están en tí; eres tú. Confiar todo eso a lo que está fuera de control no es más que someternos al azar de la providencia. Tomar las riendas de nuestra vida conlleva asumir también nuestras miserias pero la recompensa por el trabajo realizado para superarlas es siempre reconfortante.

    ResponderEliminar
  2. El acompañamiento es importante. Pero más aún aprender a guiarse uno mismo. Lo peor es que lo aprendemos a base de sufrir. Si yo te contara....

    ResponderEliminar
  3. Es importante pero también con él quien y con él cuando pero como guiarse con alguien que vea por tus ojos debe de ser maravilloso un abrazo

    ResponderEliminar